He leído estos días los comentarios de Frank de la Jungla tras haber rodado uno de sus capítuos dedicados al toro de lidia jutno a tu padre y también he leído lo que Victorino ha publicado recientemente.
Bien. Quería compartir con vosotros un punto de vista diferente, un enfoque sistémico o cibernético que es la ciencia que estudia el control y la comunicación (regulación) de sistemas y por tanto este sistema del mundo del toro se controla y regula (o se decontrola y oscila) por principios cibernéticos. Cosa que poca gente aún conoce pero no por ello dejan de ser un conjunto de leyes naturales que se cumplen siempre que haya unos elementos que interactuan entre si con un proposito común. Siempre.
Esta deriva que esta tomando el “sistema taurino” es en su raíz un problema de su estructura que no puede cumplir con la Ley de Ashby (que es como la ley de la gravedad) que dice que solamente la variedad se puede absorver con variedad y por tanto se vuelve ingobernable al faltarle variedad requerida para ser viable (subsitir independientemente de las perturbaciones del entorno). Es decir, que el mundo del toro no produce al variedad requerida necesaria para ser viable y conseguir el equilibrio con su entorno que le permita subsistir (homeostásis jjjj).
Dicho esto, os lo traslado al mundo del toro. He oido muchas discusiones entre antitaurinos y taurinos y siempre salen debilitados los taurinos porque discuten de una cosa que no es “el mundo del toro” sino unicamente de uno o dos elementos del sistema taurino, el toro y el torero por centrarnos en dos, y eso obviamente carece de la variedad suficiente requerida para llegar al fondo de la cuestión y por tanto en las discusiones o debates siempre sale perdiendo el taurino porque ante “toro=tortura, torero=asesino” no hay mucho que discutir. Ni siquiera el defender la tauromaquia diciendo que si no fuese por ella el toro desaparecería. Flojo, muy flojo desde un punto de vista cibernético o sistémico ya que carece como digo de variedad suficiente para controlar el debate.
No se puede hablar, ni definir, ni existe el propósito de un sistema si se analizan sus partes. Y por tanto, es imposible de manejarlo (controlarlo “de tenerlo bajo control”). Es como en el sistema “automóvil”. El propósito “transportar una persona de un lugar a otro” no reside en sus partes. No está en el volante (el toro) ni en el motor (el torero por ejemplo). El propósito está en la interactuación e interrelación entre todas las partes del sistema. Repito, el propósito no está en las partes. Ni las partes cogidas individualemnte tampoco cumplen con su finalidad dentro del sistema. Quita el volante de un coche y ponlo encima de la mesa y ahí se quedará. No te lleva a ninguna parte, ni sirve para cambiar la dirección de nada y el coche tampoco funcionará bien. Nuestra mano escribe, pero si cortas una mano y la pones encima de la mesa ni escribe ni se mueve y tu no podrás escribir más. No sirve ni como mano “miembro del cuerpo”. Resumen: que hablar, analizar, discutir, etc. del toro, del torero, de la inviabilidad del toro sin la tauromaquía no te lleva a ningún lado al igual que el hablar del volante o de la rueda o del amortiguador no te lleva a ENTENDER para que coños me sirve un coche.
Y entramos en el meollo de la cuestión. La potencia de un coche, la voz que sale de la radio, son fenomenos emergentes que solamente se producen cuando todas las partes del sistema interactuan. El propósito no está en las partes. El propósito de la tauromaquia, su razón de ser (!) por tanto tampoco se encuentra en el toro, ni en los toreros, sino en todo una serie de elementos que interactuan y se relacionan de tal manera que producen un resultado concreto. The purpose of a system is what it does POSIWID (Stafford Beer).
Por tanto, si estamos en el debate del ser o no ser del toro, no podemos defenderlo discutiendo y analizando una o varias de sus partes!! Hay que enfocar el tema en otro lado.
Por si fuera poco, el propósito, lo que produce un sistema depende de quien lo mire. Esto es lo verdaderamente apasionante del tema. Para nosotros, el pueblo “soberano”, el sistema político es un puto desastre que produce corrupción, inproductividades, retrasos, desviaciones, problemas gravísimos etc.etc. Desde el punto de vista de un parlamentario en cambio produce una renta vitalicia, un sueldo estupendo, aforamiento, no pagar ciertos impuestos, dietas, chofer. Para unos el mismo sistema es una desgracia y para otros (que encima son los que lo han y siguen diseñando) es una cosa estupenda. Mismo en el toro. Mismo sistema, diferentes puntos de vista. Miopes los dos desgraciadamente.
Propongo que las discusiones, debates o artículos se hagan entorno a la estructura profunda (el propósito) del sistema y en vez de hablar del pobre toro o del malo del torero hablemos de tauromaquia, de la MISTICA del toreo.
María, decías en un artículo que has visto mucho valores reflejados en el toro. Ese es el camino. San Jorge mata al dragón con una flor y un libro, con el amor y el conocimiento triunfa sobre el mal. Es un símil estupendo. El toreo nos enseña que con el arte y la inteligencia (conocimiento) se vencen nuestras sombras, nuestros monstruos mejor que con la violencia o la fuerza física. Nos enseña que el hombre es un simple elemento más de la naturaleza por un lado, pero por otro, que tenemos unas capacidades superiores que nos han aupado a dominar este mundo y no precisamente por la fuerza ni la violencia sino la solidaridad, el amor, el conocimiento, el arte que amansa. Si se estudia detenidamente la historia y la evolución social, se ha llegado siemrpe más lejos y mejor con estos dos “valores” que con la fuerza bruta.
La vida que surge de dos proteinas inertes (que momento tan fantástico y mágico) no lo hace por competencia sino por simbiosis, por colaboración, no por confrontacion o competencia. En vez de atacar los toros deberíamos estar orgullosos de que la tauromaquia sea parte de nuestra cultura y por tanto de nuestra identidad (cosa que la gente no tiene ni idea de lo que significa ni de sus consecuencias) porque indirectamente ha producido, por poner un ejemplo entre miles, que unos muertos de hambre levantasen un imperio en donde no se ponía el sol y lo hicieron, por mucho que se empeñen los británcios sobretodo de lo contrario, con mucho amor y concoimiento, mucho más que guerra y fuerza. La demostración es que a día de hoy un descendiente cualquiera de aquellos españoles se pueda pasear por cualquier país del mundo sin temer nada. Al contrario, se nos recibe en todos lados con los brazos abiertos y el que diga lo contrario es que no ha viajado mucho o le ha tocado la china. En cambio, si sueltas a un inglés, francés o americano en algun que otro pais árabe (por poner un ejemplo actual) no salen vivos. Por algo será y no precisamente porque han tratado con amor y cariño a los pobres afganos, , congoleños, iraquies, vietnamitas, coreanos, chilenos, hawaianos, etc…
Digo. Si conseguimos dirigir y centrar las conversaciones y discusiones hacia la mística y la tauromaquia, al arte y al conocimiento, nuestros antitaurinos interlocutores se enrabietarán menos, lo que ayuda a encontrar algún que otro punto en común para después conjuntamente, y desde esa altura de miras, desde ese punto de vista (POSIWID recuerda), hacerles entender que cumplirán mucho más eficientemente con su propósito animalista si su lucha la enfocan en los millones de pollos, cerdos y vacas que son sacrificadas en un matadero con el único y triste objetivo de que sean devorados, igaulico que un toro, pero no significa, ni es lo mismo como ellos mismos se habran dado cuenta. Y no entro en eso de que los animales tienen derecho (¿y obligaciones?), el ser humano es el centro de la creación dívina, etc. porque ya te he dado la paliza suficiente por hoy.
No se trata con todo esto de convencer a un antitaurino de que ame a los toros, error (no se puede convencer a alguien que no quiere ser convencido) pero si de que entienaa y comprenda para que se de cuenta y pueda evaluar y por tanto llegar a poder valorar la posicion y el papel que despempeña el mundo del toro en la subsistencia de nuestra cultura, de lo bien y mejor que podríamos vivir en este país y en el mundo. Y si acaso que ellos solitos se den cuenta que, ya no digo defender la tauromaquia, pero que reconozcan que debe subsistir y que enfoquen más esa energía que tienen tan loable de defender a los animales (su tema) si acaso ahí donde hace realmente falta en mejorar las condiciones de millones (!!) de gallinas cerdos y vacas criadas industrialmente y degollados con voracidad sin ningún tipo de contemplación ni sentimiento.